El mito sigue vivo: Ricardo Montaner vuelve más vigente que nunca

Por Maricela Pinzón

Fotos cortesía de Ale Pazmiño

Con una carrera que no se detiene, Montaner retoma los escenarios de América y Europa

Hay artistas que no necesitan presentación, pues su legado trasciende en el tiempo y las modas. Su música ha marcado la vida de millones y permanece como parte de la memoria colectiva. Ricardo Montaner es uno de ellos. Con más de cuatro décadas de trayectoria, 25 álbumes de estudio y una extensa lista de éxitos, es sin duda una leyenda de la música latina, un intérprete que emociona con sus letras y que ha sabido convertir los sentimientos más íntimos en himnos de nuestras historias de amor, despecho, reencuentros y despedidas.

Tras un periodo alejado de los escenarios, Montaner está de regreso con una canción inédita que da nombre a su nuevo tour: El Último Regreso. Una gira que promete convertirse en un reencuentro inolvidable con su público y en la celebración de una carrera que sigue más viva que nunca. El recorrido comenzará el 21 de febrero de 2026 en Buenos Aires, Argentina, para luego continuar por Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Colombia, México, Ecuador, Perú, Chile, Estados Unidos y República Dominicana. Más adelante, el artista cruzará el Atlántico para llevar su música a España, Francia, Italia y otras ciudades europeas.


“Me di cuenta de que la vida cotidiana está llena de poesía: un gesto, un silencio, un atardecer, una despedida. Todo tiene un significado si lo miras con el corazón despierto.”

TRM: ¿En qué momento de su vida nació El Último Regreso y qué lo inspiró a escribirla?

RM: Nació en un momento de profunda introspección. Fue una etapa de mirar hacia adentro, de reconocer mis propias idas y vueltas, de reconciliarme con partes de mi historia. Regresar siempre implica sanar, restaurar vínculos, reencontrarse con algo que se creía perdido. La canción cuenta la historia de una pareja que, tras varios intentos fallidos, decide darse una última oportunidad. Habla del amor que insiste, que vuelve a buscar un lugar, aunque parezca que el final ya está escrito. Es una reflexión sobre la persistencia del amor, los ciclos que nos definen y esa esperanza que se niega a desaparecer incluso en los adioses.

TRM: En un mundo musical dominado por el reguetón y los ritmos urbanos, ¿cómo logra que sus baladas sigan vigentes y conectando con nuevas generaciones?

RM: La balada sigue viva porque habla del romanticismo, del amor y del corazón, y estas tres cosas no pasande moda. Los ritmos pueden cambiar, las tendencias también, pero la necesidad humana de sentirse acompañado, amado, escuchado y comprendido permanece. Yo no compito con lo urbano, cuento historias. La clave ha sido mantenerme auténtico. Cuando uno dice la verdad desde el alma, esa verdad encuentra su camino incluso entre géneros que dominan las listas. Las nuevas generaciones no buscan solo ritmo: buscan sensibilidad, profundidad, y ahí es donde la balada tiene todavía un terreno fértil. Mi misión es seguir diciendo lo que siento, porque mientras haya alguien sintiendo, mis canciones tendrán un lugar donde quedarse.

TRM: La metáfora es su sello. ¿Cómo nace esa poética en usted y qué lo inspira?

RM: La metáfora nació como una forma de proteger lo que sentía y, al mismo tiempo, compartirlo. De niño era muy observador, muy introspectivo. Me di cuenta de que la vida cotidiana está llena de poesía: un gesto, un silencio, un atardecer, una despedida. Todo tiene un significado si lo miras con el corazón despierto.Esa sensibilidad se convirtió en mi manera de escribir.

TRM: ¿Qué canción marcó un antes y un después en su carrera musical?

RM: No podría elegir solo una, porque cada canción llegó para abrirme una puerta distinta. Pero sí hubo temas que me cambiaron la vida, no solo por el éxito que tuvieron, sino porque me revelaron quién era yo como artista. Hay canciones que no solo me dieron reconocimiento, sino claridad.

“Para mí la música no es solo un oficio,
es una misión.”

TRM: ¿Cuáles son esas canciones que no puede dejar por fuera en un concierto?

RM: Las que el público adoptó como propias. Hay temas que ya no me pertenecen, ahora son parte de la vida de la gente, de sus recuerdos, de sus pérdidas y de sus amores. Por eso, aunque a veces quiera innovar y sorprender, siempre termino regresando a ellas. En los conciertos trato de honrar esa conexión.

TRM: ¿Cómo elige con quién hacer colaboraciones musicales?

RM: Las colaboraciones no nacen de la estrategia, nacen de la afinidad. Canto con quien comparto sensibilidad, propósito y forma de mirar la música. Me interesa la conexión humana antes que la conveniencia profesional. Cuando existe esa chispa y hablamos el mismo idioma emocional, la música fluye sola.

TRM: ¿Qué ha sido más difícil: mantenerse vigente o mantenerse fiel a sí mismo?

RM: Sin duda, mantenerse fiel a uno mismo. La vigencia es una consecuencia natural de la autenticidad, pero sostener esa autenticidad es un trabajo diario. La industria cambia, las modas exigen, el público opina… y en medio de todo eso hay que recordar quién eres y por qué empezaste. La coherencia entre lo que siento y lo que muestro ha sido el reto más grande. La vigencia viene sola cuando el corazón está alineado con lo que haces.

TRM: ¿Cuál es el secreto detrás de esa familia tan sólida que ha construido y que hoy inspira a millones?

RM: La base ha sido siempre el amor, el respeto y la intención. En mi casa aprendimos a hablarnos con ternura, a escucharnos de verdad, a darnos espacio para crecer y equivocarnos. La familia no se sostiene sola: requiere presencia, diálogo, fe y un compromiso diario con el otro.

TRM: ¿Cómo influye su fe en las decisiones importantes de su carrera y su vida personal?

RM: Mi fe es mi brújula. No tomo decisiones sin pedir dirección, porque sé que solo no puedo verlo todo. La fe me ha dado claridad en momentos confusos, paz en etapas difíciles y propósito en los momentos en que la vida parecía no tenerlo.

Para mí la música no es solo un oficio, es una misión. Y mi fe me recuerda que debo usar lo que hago para servir, inspirar y acompañar.

TRM: ¿Cuál ha sido la oración o pensamiento que más lo ha acompañado en los momentos difíciles?

RM: Siempre regreso a una frase muy simple pero profundamente poderosa:
“Esto también pasará.” Me recuerda que las crisis no son permanentes, que no estoy solo y que incluso en las temporadas oscuras hay un propósito trabajándose en silencio.

TRM: ¿Cómo describiría su legado en una sola frase?

RM: Un puñado de canciones hechas con amor, para acompañar a la gente en los momentos más importantes de su vida.

TRM: ¿Qué siente que le falta por hacer?

RM: Siento que aún estoy empezando. Me faltan canciones por escribir, escenarios por conocer, historias por contar y momentos por vivir con mi familia y mi público. Mientras tenga algo que decir y alguien que quiera escucharlo, seguiré adelante.

 
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