Rompiendo el silencio: conozca más sobre la depresión y cómo afrontarla

Por Marcela Pinzón

En épocas de antaño, en las de nuestros abuelos, las mujeres que experimentaban tristeza persistente, ansiedad o falta de motivación eram muchas veces etiquetadas como “sensibles”, “nerviosas” o simplemente se afirmaba que estaban “cansadas”. Hoy, afortunadamente, la conversación ha cambiado.

Se reconoce que la depresión es una condición de salud mental que afecta a millones de mujeres en todo el mundo y que ignorarla puede traer graves consecuencias.

Y es que según datos de la Organización Mundial para la Salud (OMS), “las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres”. Esa entidad estima que “el 3,8 % de la población experimenta depresión, incluido el 5 % de los adultos (4 % entre los hombres y el 6 % entre las mujeres) y el 5,7 % de los adultos mayores de 60 años”.

A pesar de los avances en la visibilidad de la salud mental, muchas mujeres aún tienen dificultades para identificar los síntomas de la depresión o para darles la importancia que merecen. La presión social, las responsabilidades familiares y laborales e incluso la crianza que han recibido pueden hacer que minimicen lo que sienten. Pero la depresión no es una simple tristeza pasajera: es una condición médica que merece atención y cuidado.

¿Sabe cómo reconocer la depresión?

¡Convengamos en que sentirse desanimado, triste o con molestia no está mal! Esas son sensaciones que todas las mujeres experimentan en diferentes momentos, pues circunstancias básicas como el periodo y las condiciones hormonales hacen que, por ejemplo, tengan reacciones explosivas a diario.

Sin embargo es importante que sepa cuáles son los síntomas principales de la depresión, aunque esos puedan variar y camuflarse fácilmente:


• Sentimientos persistentes de tristeza, vacío o desesperanza.
• Pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras.
• Cambios en el apetito y el peso.
• Alteraciones en el sueño, como insomnio o sueño excesivo.
• Fatiga y falta de energía constante.
• Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
• Pensamientos de autolesión o suicidio.

Si estos síntomas se presentan durante más de dos semanas y afectan la vida diaria es fundamental buscar ayuda profesional. No se trata de una cuestión de fortaleza o debilidad, sino de salud.

Hace algunas décadas hablar de depresión era un tabú, porque se pensaba que los sentimientos de melancolía, tristeza or añoranza eral el producto de un mal dia.

Ignorar la depresión no es la solución, ¡hable y escuche!

La depresión no tratada puede afectar todos los aspectos de la vida de una mujer: su trabajo, sus relaciones, su bienestar físico e incluso su expectativa de vida. Diversos estudios han demostrado que la depresión puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, debilitar el sistema inmunológico y estar relacionada con problemas como la ansiedad y el abuso de sustancias.

Ignorarla también perpetúa un ciclo de sufrimiento que afecta a las personas cercanas. Muchas mujeres tienden a priorizar el bienestar de sus hijos, parejas o familiares antes que el suyo propio, pero es importante recordar que cuidar de la salud mental es una forma de cuidar a quienes nos rodean.

Consejos para llevar esta situación con calma

Si bien el tratamiento con un profesional de la salud es clave, hay estrategias que pueden ayudar a sobrellevar la depresión y mejorar el bienestar diario:

• Hablar con alguien de confianza: expresar lo que se siente con un amigo, familiar o terapeuta puede aliviar la carga emocional.
• Priorizar el autocuidado: por favor duerma bien, coma de formaequilibrada y realice actividades placenteras que ayuden a mejorar el estado de ánimo.
• Incorporar actividad física: el ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Practique la disciplina que más le guste y ponga en blanco su mente, mientras lleva a cabo esa actividad.
• Evitar el aislamiento: la depresión tiende a hacer que una persona se aleje de los demás, pero mantenerse conectada socialmente es clave para la recuperación.
• Practicar técnicas de relajación: ¡no es cuento chino! La meditación, respiración profunda o mindfulness pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

Buscar ayuda es un acto de valentía

Reconocer que se necesita ayuda no es signo de debilidad, sino de fortaleza. La terapia psicológica, el acompañamiento médico y, en algunos casos, la medicación, pueden marcar una gran diferencia entre una vida plena y la angustia que crea la depresión.

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